Diciembre tiene un ritmo propio, por cierto un poco más veloz de lo que a veces podemos. Una forma de ponerle cuerpo sea ir más paso a paso de lo acostumbrado para balancearnos mejor!Les comparto algo que escribí inspirada en muchos cansancios compartidos, incluso el mio por supuesto, que tengamos un día descansado en el afuera y sobre todo en nuestros adentros!
SIMPLEMENTE EL CORAZÓN CANSADO
A veces simplemente estamos cansados, los latidos se pueden sentir hasta espaciados y densos.Cansados, profundamente cansados de recalcular y seguir.A veces simplemente necesitamos nombrar lo que aloja el corazón y mirarnos.Descansar nuestras manos abiertas y los pies en la tierra.Respetar ese cansancio tanto como si fuera una alegría de aquellas, nos cuesta montones.
El cansancio de la vida es incómodo, puede recibir miles de consejos y poco espacio para el simple ser sentido.Lo podemos saltear, claro que si, a veces da vergüenza,ni lo queremos escucha, a ver si el universo nos pone a prueba otra vez, a ver si lo confundimos con desagradecimiento.Ni mas ni menos que el cansancio de muchos, del conocido por todos, ni más ni menos que tantos desafíos superados.Cansancio que ni da lugar para competencia de heridas, el cansancio quiere silencio, necesita respeto sin comparación.Cuando estamos cansados simplemente se abre una puerta con acceso directo el corazón y sus historias, simplemente su músculo también se cansa de ordenarlas…
Quizás la incertidumbre a develar es saber cómo se acompañada un corazón cansado, cómo acompaño mi corazón cansado?Por eso a veces lo esquivamos, no sabemos como recuperarlo. Solos? Acompañados? Abiertos? Cerrados? La justa medida? Desbordando? Contando algo, poquito o nada?.Le tenemos miedo al drenaje del corazón, a ver si no para de llorar, a ver si se desborda y no permite seguir con la agenda, lo que se espera de mi, los planes “inamovibles”.No tiene espacio en el decir cotidiano, te imaginas? …: ” Hoy no voy porque tengo un día de corazón cansado”….” Todo bien, tomate el día, sabemos que pasa y pasará”.A ver si la gente nos recuerda siempre en esta apertura y sinceridad compartida.
A ver si cada vez que nos vuelven a ver, solo recuerdan esa rendija abierta, como señal de todo lo que somos.Lo dramático y lo cansado a veces se tocan, se alternan el paso, una cuestión de cantidades y cualidades.Volver a lo simple, recuperarnos a conciencia, volver a casa, pausarlo todo. Encontrar esa belleza de lo simple, lo refresca, lo acicala y lo trae suficientemente al ruedo, pero no antes de dejarse caer para tomar el impulso del apoyo.Sentir al cuerpo rescatado por la música y movernos, recupera el cansancio de tantas emociones sostenidas, se pueden apoyar en los huesos, se pueden articular en cada pliegue, se puede sentir calor, ritmo, sostén y la energía que sube por los pies contra la gravedad de cualquier historia.
Los ojos y la recibida de otro corazón que resuena tienen a veces un efecto de retorno inmediato, somos seres de manada al fin y al cabo. Encontrar la propia -nuestra manada – para descansar nuestro querido corazón, es supervivencia de la buena, un acto de coraje y pertenencia.Muchos corazones retoman el ritmo encontrando sentido. Más que la búsqueda de felicidad como rescate, muchas veces efímera por cierto, el sentido camina largo, traza rumbo, dirección, y hasta el cansancio con sentido se vuelve un sentido validado con envión hasta la próxima parada. Y en cada parada, simplemente abrazar y alojar al corazón cansado en la plenitud de su belleza, en la incondicionalidad de abrazarnos tal cual vamos.Y ahora si, sigo descansando!Gracias como siempre por ir juntos…