

Porque vivimos en oscilación permanente, afinándonos y desafinándonos, dos caras inevitables de la experiencia que se alternan y por momentos hasta coexisten, ambas con la misma riqueza.
Porque frente al cambio permanente y la incertidumbre propia de estos tiempos, donde todo lo que sucede en nuestro planeta nos afecta; invertir tiempo a conciencia en nosotros, es una opción casi sin opción.
Encontrar en el artesanal trabajo personal la serenidad y felicidad que dependa de uno mismo, es un desafío que compartido en red sabemos es tanto más fácil. Esta inversión no acaba en nosotros, es realmente nuestra contribución a un mundo que nos requiere de pie, sin batallas de nuestros egos que desgastan y nos dejan sin energía para contribuir con lo que hoy se necesita. Unir fuerzas, intenciones y dar lo mejor de cada uno con dosis de vulnerabilidad y compasión.
La urgencia de esto se impone, nos necesitamos afinados con lo que honestamente estamos transitando. Y para ello el camino que te proponemos recorrer, es apostar a una profunda gentileza hacia nosotros mismos que nutra el arte de madurar y se derrame en el afuera.